miércoles, 23 de diciembre de 2009

Descansa



Paz, Felicidad, Gracia



Estoy en estado de Gracia,
descanso en el regazo de tu esencia,
desato todos mis nudos,
los desenredo con el fino peine de tu ternura.


Penetras en mi ser con fino aliento,
evaporando todos mis miedos,
me abrazas, encogiéndose mi espíritu timidamente
elevándolo al estado de Gracia.


Solo sé que estás.
Solo sé que estoy.
Solo sé que en estos momentos estamos unidos a todos los seres.
Solo sé que la Energía está en tí.
Solo sé que la Energía está en mí.
Solo sé que tu mensaje con la verdad está presente en todos los seres.
Solo soy, Amado Jesús.
Solo soy, Amado Buda.
Solo soy, conciencia creativa en movimiento

Naia Salud

6 comentarios:

Carina Felice, Photography dijo...

Sólo sé que estamos, y la Gracia es la pequeña creación de cada día.
"conciencia creativa en movimiento"....eso es....eso es...si, si...

Abrazos de corazones!
Namaste/\

Mi Lente y yo.

Edgardo Benìtez dijo...

Solo sé que eres, solo sé que somos...todos los seres, somos mensaje.
Preciosa escuela.

Joselu dijo...

Por esos estados de íntima comprensión y reconocimiento de nuestra naturaleza interior en que nos descubrimos ligados a todo lo que existe. Reflexiones llenas de esencialidad. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

http://variacionesgoldberg.blogspot.com/2009/12/sinestesia-alla-italiana.html

Anónimo dijo...

«PERO LA NAVIDAD NO ES SÓLO EL HITO que marca el final de un año y que nos mueve a recapacitar sobre nosotros mismos; también es una época que, en todos sus aspectos, tanto domésticos como religiosos, nos sugiere ideas alegres. Un hombre insatisfecho con su comportamiento es un hombre propenso a la tristeza. Y, en medio del invierno, cuando su vida pasa por los peores momentos y las sillas vacías le traen el recuerdo de los seres que ama, no estaría de más que se le forzara a adoptar la costumbre de sonreír. Las nobles decepciones, las nobles abnegaciones no deben ser admiradas, ni aun siquiera disculpadas, si proporcionan amargura. Una cosa es entrar lisiado en el reino de los cielos; otra, mutilarse uno mismo y quedarse sin entrar. Y el reino de los cielos es el de las gentes pueriles, el de quienes están dispuestos a agradar, el de quienes saben amar y procurar satisfacción a los demás. Hay hombres poderosos por su influencia, luchadores, constructores y jueces, que, pese a haber vivido mucho y trabajado de firme, han sabido conservar esa admirable cualidad; si nosotros la hubiéramos perdido por causa de nuestros intereses rastreros y nuestras mezquinas ambiciones, nos sentiríamos perpetuamente avergonzados. La cordialidad y la alegría deben preceder a cualquier norma ética: son obligaciones incondicionales. Y es lamentable que hombres honrados carezcan de una y de otra. Fue precisamente con un hombre de rígida moralidad, el fariseo del Evangelio, con quien Cristo no quiso ser emparejado. Si tus ideas morales te hacen ser adusto, ten por seguro que son erróneas. No digo: "Renuncia a ellas", porque pueden ser todo lo que tengas; pero ocúltalas como si fueran un vicio, no sea que dañen las vidas de gentes mejores y sencillas...»
(R. L. STEVENSON, "Sermón de Navidad")

Sally dijo...

Sólo sé que tu blog me llena de energía. Siguiéndote en la distancia.
Un abrazo

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